A continuación, un editorial que refleja las opiniones del Gobierno de los Estados Unidos:
El presidente Donald Trump está utilizando todas las herramientas disponibles contra los cárteles y las redes extranjeras que han convertido el fentanilo en la principal causa de muerte de los estadounidenses de entre 18 y 45 años.
Por ello, el presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva que designa el fentanilo ilícito y su principal precursor químico como armas de destrucción masiva (ADM).
De hecho, el fentanilo ilícito se asemeja más a un arma química que a un narcótico, cobrándose la vida de cientos de miles de estadounidenses, señaló la Casa Blanca. Solo dos miligramos de fentanilo, el equivalente a 10-15 granos de sal de mesa, se consideran una dosis letal.
La nueva orden ejecutiva ordena a la Fiscal General que inicie de inmediato acciones penales, aumentos de penas y modificaciones de sentencias en casos de tráfico de fentanilo.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, y el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, tomarán las medidas apropiadas contra los activos e instituciones financieras pertinentes de quienes estén involucrados o apoyen la fabricación, distribución y venta de fentanilo ilícito y sus principales precursores químicos.
El Secretario de Guerra, Pete Hegseth, y la Fiscal General, Pam Bondi, determinarán si el Departamento de Guerra debe proporcionar recursos de seguridad nacional adicionales al Departamento de Justicia, según sea necesario, durante una situación de emergencia que involucre un arma de destrucción masiva.
El Secretario Hegseth, en consulta con la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, debe actualizar sus directivas relacionadas con la respuesta a incidentes químicos para incluir la amenaza del fentanilo. Además, la Secretaria Noem buscará identificar las redes de contrabando de fentanilo utilizando inteligencia sobre amenazas relacionadas con armas de destrucción masiva y no proliferación.
Los cárteles y las organizaciones terroristas extranjeras utilizan las ganancias del fentanilo para financiar asesinatos, terrorismo e insurgencias, mientras libran conflictos armados por las rutas de tráfico y otros aspectos de sus operaciones.
El potencial de que el fentanilo se utilice como arma para ataques terroristas a gran escala por parte de adversarios representa una seria amenaza para los Estados Unidos, declaró la Casa Blanca.
Inmediatamente después de asumir el cargo, el presidente Trump declaró una emergencia nacional en la frontera sur, lo que permitió a Estados Unidos tomar el control de la frontera, combatir a los cárteles y garantizar la seguridad del país.
El presidente Trump designó a ocho cárteles como Organizaciones Terroristas Extranjeras y Terroristas Globales Especialmente Designados, incluyendo a Tren de Aragua y MS-13, para combatir su violencia y el narcotráfico.
Además impuso aranceles para contrarrestar la inacción de México, Canadá y China ante el flujo de fentanilo y otras drogas tóxicas hacia nuestro país.
También autorizó ataques militares para detener el tráfico de drogas letales, destruir las narcolanchas e interrumpir las operaciones de los narcoterroristas que están envenenando al pueblo estadounidense.
El presidente Trump promulgó la Ley HALT Fentanyl, que clasifica permanentemente las sustancias relacionadas con el fentanilo como droga de la Lista I según la Ley de Sustancias Controladas. Al designar el fentanilo ilícito como arma de destrucción masiva, el presidente Trump garantiza que todo el peso del gobierno federal se centre, coordine y movilice para enfrentar el fentanilo como la arma química mortal que es.
El presidente Trump no descansará hasta que los cárteles sean desmantelados, el fentanilo ilícito sea erradicado de las calles de Estados Unidos y todas las familias estén a salvo de esta arma química.
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